Desde su niñez Bradbury demostró ser un ávido lector, comenzado a escribir sus propias historias a los once años. El haber sido un niño extraordinariamente imaginativo, propenso a las pesadillas y a tener horribles fantasías, lo llevo a plasmarlas años después en sus obras. Y tras haberse mudado varias veces y a pesar de tener una vida académica muy corta, la familia de Bradbury se estableció finalmente en Los Ángeles donde el comienza a escribir sus cuentos, novelas y hasta guiones cinematográficos.
He de confesar que sólo he leído una de sus tantas obras, aún así, sé muy bien que Ray Bradbury antes de viajar en avión, viajó en una nave espacial; en sus viajes visitó Marte vestido con un traje de helado de crema, le llevó un regalo al hombre ilustrado y de vez en cuando le gusta viajar en tren al pueblo donde no baja nadie. Por el momento, sigue soñando con colonizar la Luna y no sé… tal vez allí sea el lugar indicado para encontrar el remedio para la melancolía. 




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